miércoles, 11 de abril de 2018

La inmensa inmensidad está hecha de una desconocida materia oscura que probablemente un día estuvo entre un átomo tuyo y otro mío. Como una colmena. Como un te quiero de los muchos que ya se perdieron en un océano de indiferencia... o los que tendrán que venir (cada vez menos); y es que unos cuantos átomos de mi cuerpo y mi aura, y los que he dejado esparcidos a lo largo de mi vida encima de las cosas, impregnando mil objetos y personas te orbitan, en fin, eso. Todo eso. A nivel cósmico: nada


A veces las cosas no salen como uno quiere, y otras salen como en realidad es uno. No sé, es como si todo fuera azar y uno sólo pudiera sortear lo que va viniendo a base de conocimiento y experiencia. Sólo eso: aguantar hasta que llega una ola y te subes en ella y te deja en un lugar distinto al que estabas.

Supongo que últimamente estoy más negativo que de costumbre, y eso ya es mucho decir, me aguantan un puñado de esperanzas, de proyectos a medio terminar, y la aventura americana. Hay quien dice que cada día es un nuevo comienzo, y puede que vivir en ese presente perfecto sea la mejor solución para sobrellevar primaveras como esta.

Estoy convencido de que algo bueno tiene que pasar que me lleve hasta ese otro lugar, esa ola que vengo persiguiendo desde hace tanto tiempo.

Me gustaría creer que alguien en alguna parte se enamorará de lo que estoy haciendo y le dará la visibilidad que necesita todo esto.

Espero haber elegido bien el camino.

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