miércoles, 29 de julio de 2015

Hoy



Hoy, por fin.

Después de cinco años luchando por llevar el proyecto del agua hacia adelante, por fin llega el día de la firma. Es un inicio, una inyección de fondos que me llevará a donde yo creo que aportaré mi grano de arena (mi gota de agua en el océano) para que el mundo sea un lugar mejor.

Porque no nos engañemos, uno trabaja para dejar tras de si algo bueno, ya sea para ser recordado, para que los suyos estén mejor, o para que otra gente vea su vida mejorada. Esa es la recompensa.

Deseo que esto sea uno de esos proyectos que generan un bien común.

En los tiempos que vendrán, donde el agua será otro campo más de batalla entre la humanidad y la Tierra, espero que esto sea un arma de conciliación entre ambos.

Aunque hace días que todo se inició, hoy se pone por escrito.

Nunca hubiera dicho que recordaría un 29 de julio.

Queda mucho por hacer. He de reconocer que estoy asustado porque la responsabilidad de gestionar este proyecto me pilla en un momento en el que estoy físicamente agotado. Mañana empezaremos a acondicionar las instalaciones de la nave industrial, mañana empieza todo físicamente.

Días de sueños que pasan a ser realidades.

No sólo es trabajo.

Es mi oportunidad para cambiar el mundo.



Nada hubiera sido posible si no hubieras estado al otro lado.

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