domingo, 6 de abril de 2014

No me imagino la oscuridad si ti. Bueno, igual sí que la imagino pero no logro saber cómo se llama. Debería estar prohibido poder imaginar cosas que luego no puedes nombrar ni señalar con el dedo.


Si me preguntaran qué me gustaría haber sido, en qué me hubiera gustado tener alguna especie de talento, creo que diría que me hubiera gustado saber escribir, escribir de verdad, ordenar ideas, contar historias, ser Carver o Fante, o Bukowski, o Nabokov.

También me hubiera gustado ser alguien normal, o al menos tener una vida normal y no esto que estoy viviendo. Supongo que debo empezar a admitir que tarde o temprano debería hacer un reset completo. A veces pienso que el sentido de la vida tiene que ver con darse cuenta de que no tiene sentido y que lo mejor nunca estará por llegar.

Imagino que el infierno debe ser tener la certeza de que se desperdició algo tan valioso como una existencia que seguía un tiempo lineal e irreversible. El pecado original es el transcurrir de ese tiempo, ser consciente de que tarde o temprano uno va a morir sin ser lo que estaba en sus manos haber sido, no poder nombrar las cosas que debieron formar parte de la vida que nos tocaba vivir y que nunca conocimos porque nos distrajo el deseo por lo superfluo.

Si me preguntas cuál me hubiera gustado que fuera mi destino te diría que me hubiera gustado pasar más tiempo junto a ti y ser como Fante o Carver, con eso me hubiera bastado. Quizá por eso ya nada de lo que ocurra en adelante tiene sentido.

Porque ya sólo podría alcanzar una de las dos cosas, y tengo la sensación de que una sin la otra no me bastarían.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

El sentido de la vida es levantarse en cada caida sin perder la esperanza de ver amanecer cada dia con las fuerzas renovadas.
El infierno... No te preocupes por el porque tu nunca iras a ese sitio.
Abrazos

Espera a la primavera, B... dijo...

El infierno quizá sea la incertidumbre de no saber quién eres, así que ahora mismo podría estar en él.

Abrazos