lunes, 19 de marzo de 2012

Respirar



Duermo desnudo a tu lado, nos separan dos jornadas a caballo, dos galaxias pegadas una a la otra, y el tiempo... nos separa el tiempo que no tuvimos ni tendremos, porque el tiempo no existe del todo, solo es vapor de agua que nos sale de la boca, palabras que se condensan en la saliva de un beso largo y lento, cuando los labios y las lenguas no necesitan de traducciones y se dicen a la cara lo que el corazón no esconde.

Y sin embargo, te palpo con la yema de mis dedos dejando a la imaginación el braile de los poros de tu piel erizándose al paso de mis susurros por tus venas. Soy un hombre de piedra y no deberías acercarte a mí porque me vuelvo de lava si te tengo cerca. Vamos a arder los dos en un mismo fuego, un fuego sin fin ni principio, un fuego que sale directamente de mi centro por el volcán de mis ojos. Ni te imaginas todo el deseo que me consume, todo este océano candente que quiere hacer desaparecer tu ropa en un instante.

No deberías acercarme a ti porque los lobos necesitamos a otros lobos para mantenernos alertas, para salir a aullar al crepitar de la noche, anunciando al bosque la llegada del fin de la armonía. Y tú te crees a salvo al otro lado de los sentidos, pero no es así, tú no sabes lo que este alma salvaje guarda, no sabes qué lugares visito mientras duermo ni a qué dios venero a sabiendas de que no lo merece. Lo normal en estos casos es este maldito insomnio. Bendito insomnio.

Me gustaría mostrarte mi paraíso pero se parecería tanto a tu infierno que también te convertirías al culto de los insomnes. He querido quererte, te he querido, sé que todavía tengo una esperanza de volver a ser humano si soy capaz de que alguien como tú vuelva a quererme.

Me llamas y me dices que ya nada importa.

Cuelgo con el sabor de tu nombre en la punta de la lengua.

Un terremoto de sueños me rompe en dos y me obliga a crear un plan de reconstrucción y realojamiento para mis deseos.

Y naufrago.

Naufrago en ese mar de lava en el que me conviertes. Y me avergüenzo de ello, no sé si de no haber sabido permanecer a flote o por sucumbir ante alguien a quien no puedo tocar si alargo la mano.

4 comentarios:

Las Espirales de Brígida dijo...

Cuando escribes así eres mi lectura favorita,
besos
S

hada fitipaldi dijo...

Me ha encantado, no he leído nada más tuyo, pero esto está cargado de sentimiento y pasión en cada palabra. Precioso.
Besos!

carmeloti dijo...

Tremenda adrenalina y explosión de sentimientos, del fuego al hielo pasando por la ternura...

Las Espirales de Brígida dijo...

HOy te quiero releer, y esta entrada fue un buen inicio, besos
S