lunes, 30 de agosto de 2010

vídeo: James Morrison - Broken strings

A veces confundimos el cariño con la debilidad, la atención con la obsesión, la bondad con la estupidez



A veces confundimos la fuerza de los sueños con los sueños de los niños, la verdad con lo que nos mantiene vivos, las cadenas que nos unen con las que nos atan.

Y no son lo mismo.

Si por cuasualidad encuentras a alguien que te quiere de verdad, si tú lo has querido y ya no, pregúntate si no habrás confundido estas cosas.

jueves, 26 de agosto de 2010

things

Esta noche he tenido un ataque severo de tos. Me ahogaba, no sabía qué hacer, no tenía medicinas, estaba completamente solo. En un momento de lucidez me acordé de que tenía Vicks vapor up y me embadurné las fosas nasales, el cuello y el pecho. Me puse el pijama y bajé al parking y cogí pastillas para la tos y me metí dos.

La tos se me fue calmando, me miré en el espejo del hall de mi casa. Estaba pálido y tenía aspecto de zombi. Subí a casa y me senté al ordenador. No sabría decir por qué pero me puse a llorar.

Lloré básicamente por estar solo, por haberla cagado una y otra vez toda mi vida, por no ser quien digo ser, por no poder tomar mañana mismo las riendas de mi vida. Por esa novela que no acabo de acabar, por todas las horas muertas que yo mismo he ido asesinando, por todo lo que he defraudado a quienes me han querido, por todo lo que no supe retener a mi lado.

En cierta forma si ayer me hubiese muerto no hubiera habido demasiado cambio en ello. Yo hace tiempo que estoy muerto, la vida hace tiempo que se fue a otra parte.

Llevo toda la mañana sin saber dónde estoy ni quién soy. Unos mails cruzados con cierta persona me han entristecido más aún.

Unas horas antes del suceso ocurrieron dos cosas:

una. colgué fotos nuevas en la página donde tengo el piso para venderlo.
dos. hablé con una persona con quien hacía mucho tiempo con quien no hablaba.

No sé, creo que hay cosas que se me escapan, cosas que he ido equivocando, no sé. Hoy estoy muy confuso. He dormido poco, me he tomado un red bull para desayunar para aguantar una mañana de trabajo casi improductivo. No sé.

Y no tengo motivos para quejarme, lo sé. Aparte de ir justo de dinero y lo de estar solo lo demás (bueno, y lo del trabajo) lo demás me va bien (si descontamos los problemas familiares, que no es el lugar ni el momento).

Joder, ¿cómo se llega a una situación así?
Ya se sabe que nunca se sabe, que el calor aprieta, que dios no ahoga; que el árbol no deja ver el bosque y viceversa, que sí, ¿qué pasa? yo quiero los ciento y un pájaros volando ¿qué voy a hacer yo con un pájaro en la mano? ¿hacernos amigos?

Yo te quiero a ti, y tú sin saberlo, que no te hace sufrir quien sí te quiere, que no, que quien te quiere va a buscarte a la puerta del trabajo y te lleva regaliz en una bolsa y tú... tú... el mar está lleno de peces (y naufragios) y sueños soñados despierto, y luces y sombras, y yo tan de aquí y del otro lado, yo... siempre yo... a ver cuando de deshago de mí y corro a buscarte.

Y luciérnagas y... ¿qué clase de árboles son los de tu calle? y no sé si me entiendes, a veces creo que sí y otras... otras te vas y me dejas vacío, como un vaso vacío, como una cuchara vacía, un hombre de fibra hueca al viento como una cometa.

lunes, 23 de agosto de 2010

tan, pero tan...

Me siento muy cansado. Tan cansado... No sé qué más hacer ni decir. Se me cierran los ojos, se me nublan los dedos.

sábado, 21 de agosto de 2010

Vídeo: Jack Johnson - You and your heart



Este vídeo me da tan buen rollo... Es vida, quiero decir que la debería ser algo así como esto, no sé si me explico.

Fuera bancos, fuera negocios, fuera preocupaciones, fuera casi todo... Anoche cené con Alex y hablamos y hoy... este vídeo. No sé.

martes, 17 de agosto de 2010

Igual es todo demasiado crudo pero me jode tanto los que no van de cara...

Tener un blog abierto es una mierda, por ejemplo, puedes saber que tu ex le ha dado tu dirección del blog a su nuevo novio (que bueno, que de nuevo nada) y a lo mejor ahora están mirando los dos el blog estudiando el contenido, como causa común, intentando averiguar y comentando mis sentimientos. Sí, que puede que esté bien pero a mí no me está sentando nada bien.

Creo que existen límites, límites morales, cosas que no están bien aunque creas que el otro no lo va a saber. Cuando alguien hace eso con otro, lo hará contigo, cuando miente, manipula, lo volverá a hacer. Ese es el primer detalle. El segundo detalle es la soberbia. Los hay que mienten por soberbia y los hay que lo hacen por inseguridad. Cuando alguien te cambia el nombre a la hora de presentarte a sus amigos, madre, etc., cuando alguien se avergüenza de que te llames por ejemplo, no sé, Rafa y lo cambia por Raffel, que no, que no lo hace para que tengas el lugar social que te corresponde, lo hace porque se avergüenza de ti. Eso es soberbia.

La única forma de que algo no se sepa es no hacerlo.

No sé, creo que yo no hice llaves de tu casa para un día enseñársela a mi nueva pareja. Creo que hemos llevado un poco lejos. Esto no es Sálvame ni yo soy la Esteban, esto es un blog literario. Sabes mi situación personal y mi situación económica, mi situación laboral, sabes que yo sólo tengo esto, sólo tengo mis sentimientos y un blog para expresarlos. Me siento tan sucio ahora mismo...

No voy a cerrar el blog ni voy a restringir nada a nadie. Entraréis y os divertiréis a mi costa; me da igual. No podéis apreciar ni una centésima parte de lo que aquí muestro. Nunca leíste nada mío cuando estuviste conmigo, siempre me decías que el blog era una pérdida de tiempo. He aprendido a escribir aquí, cada entrada ha sido un ejercicio de creatividad, ha sido un paso adelante, he contactado con mis sentimientos, he conocido gente extraordinaria, a veces sin ni siquiera verla. ¿Sabes? si alguna vez llego a ser algo será porque escribí este blog, si alguna vez llego a ser algo es porque nunca hice caso a gente como tú.


If de Rudyard Kipling

Si

Si puedes mantener la cabeza cuando todo a tu alrededor
pierde la suya y te culpan por ello;
Si puedes confiar en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero admites también sus dudas;
Si puedes esperar sin cansarte en la espera,
o, siendo engañado, no pagar con mentiras,
o, siendo odiado, no dar lugar al odio,
y sin embargo no parecer demasiado bueno, ni hablar demasiado sabiamente;

Si puedes soñar-y no hacer de los sueños tu maestro;
Si puedes pensar-y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el desastre
y tratar a esos dos impostores exactamente igual,
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho
retorcida por malvados para hacer una trampa para tontos,
O ver rotas las cosas que has puesto en tu vida
y agacharte y reconstruirlas con herramientas desgastadas;

Si puedes hacer un montón con todas tus ganancias
y arriesgarlo a un golpe de azar,
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir nunca una palabra acerca de tu pérdida;
Si puedes forzar tu corazón y nervios y tendones
para jugar tu turno mucho tiempo después de que se hayan gastado
y así mantenerte cuando no queda nada dentro de ti
excepto la Voluntad que les dice: “¡Resistid!”

Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud
o pasear con reyes y no perder el sentido común;
Si ni los enemigos ni los queridos amigos pueden herirte;
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado;
Si puedes llenar el minuto inolvidable
con un recorrido de sesenta valiosos segundos.
Tuya es la Tierra y todo lo que contiene,
y —lo que es más— ¡serás un Hombre, hijo mío!




If…

If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you;
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;
If you can wait and not be tired by waiting,
Or, being lied about, don't deal in lies,
Or, being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise;

If you can dream - and not make dreams your master;
If you can think - and not make thoughts your aim;
If you can meet with triumph and disaster
And treat those two imposters just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to broken,
And stoop and build 'em up with wornout tools;

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breath a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold on";

If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with kings - nor lose the common touch;
If neither foes nor loving friends can hurt you;
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run -
Yours is the Earth and everything that's in it,
And - which is more - you'll be a Man my son!


Espero que a tus hijos les enseñes esta poesía y no les engañes con que la vida son catorce pagas y cuarenta días por año. Porque la vida es muy hija de puta y con lo único con que se cuenta son los valores y la fortaleza que surge de ellos.

Vídeo: James Blunt - Goodbye my lover

lunes, 16 de agosto de 2010

Te miro y tiemblo


Me dices que te transmito calma, pero lo dices nerviosa, lo dices mirándome a los ojos como queriéndome decir algo más que no te atreves. Me gusta cómo me miran tus ojos cuando me hablas, me gusta cómo miran el mundo, tienes los ojos del color del fondo de un pozo de brea y el brillo de la llama que se le acerca, siempre a punto de prenderla. A veces me pregunto cúantos cadáveres de incautos animales se estarán descomponiendo allí, y si sus almas alguna vez podrán ser libres o se quedarán pegadas a sus cuerpos incapaces de llegar a la superficie y salir volando.

Te digo que me gustaría volverte a ver y tú sonríes. "No", me respondes, "no te equivoques, sólo ha sido una tontería, no creas que hablo con desconocidos en los bares. Tampoco te imagino a ti entrando a mujeres como yo con una excusa. Es más, diría que, en realidad, esperabas que te dijera que estaba esperando a alguien. Pero no estoy esperando a nadie. Hace tiempo que ya no espero a nadie. Y no es que prefiera beber sola, lo que ocurre es que cuando un hombre te entra con la excusa de hablar, lo que quiere es acabar acostándose contigo. Y a ti, se te nota demasiado que lo que en verdad quieres, es hablar. Tú has venido a mí porque estás tan solo como yo".

No sé por qué pero me molesta esa confidencia, siempre me subleva la certeza de ser demasiado transparente. Pero por una vez te equivocas, princesa, esta vez tu cuerpo es mi destino, ambos necesitamos exfolirnos estas soledades de la piel hasta arrancárnoslas el uno al otro, y mientras hacemos el amor con las palabras, tú y yo ya estamos entre las sábanas, acariciándonos a verbos, dejándonos el aliento en queda sílaba.

Tú sonríes cuando te digo que te equivocas, cuando te digo que esta noche tú y o dormiremos juntos aunque sea en dos puntos de la ciudad alejados, que tú dormirás pensando en mí aunque te lleves a otro a la cama y que yo te soñaré despierto hasta que me canse de aullar a la luna tu nombre. Sonríes con soberbia, sonríes sopesando si seré yo ese hombre que te quite de una vez por todas esas ganas de salir corriendo.

Te vence la costumbre. Decides que no, que yo no soy el que te parará los pies, piensas que yo también me acabaré sometiendo a tus caprichos, que un día te cansarás y me dejarás y soportarás con hastío mi dolor estúpido de hombre abandonado, mis gritos por teléfono, mis mails cargados de mil sentimientos opuestos entre sí. Y me miras con tristeza. Y tal vez piensas que todo es lo mismo, que los hombres somos niños grandes y las mujeres son en realidad los hombres. Y dejarás que te dé mi número de teléfono y puede que hasta digas que a lo mejor me llamas.

No me preguntes el porqué pero sé que si hoy vuelvo al mismo bar estarás allí esperándome sin esperanza, tal vez por probar si lo que intuyes es o no es mentira, si por fin, por casualidad, encontrarás esa calma, si tu alma encontrará en otra piel lo que tu piel ya ha dejado de buscar en otras almas. Y sabes que por intentarlo no pasa nada, que saldrás indemne si fracasas, que lo más fácil es siempre rendirse y hoy... hoy tienes ganas de dormir desnuda, hoy tienes ganas de saber si ese ardor en la sangre tiene remedio.


viernes, 13 de agosto de 2010

Palabras para el bienestar (Siempre quise poner este título pero le pertenece en copiright y en alma a Concha Barbero, ed. Obelisco)



Ya son cinco noches sin apenas dormir. Esto ya está yendo demasiado lejos, sin embargo, parece que el agotamiento trae algo de calma, como si el cansancio fuese una especie de pantalla de algodón que amortigua el ruido de afuera.

Ayer vino a verme un amigo, yo no quería que me viera así, en este estado semi en ruinas, él insistió y al final le dije "allá tú" y recorrió cien kilómetros para verme. Es un gesto que me emocionó, un gesto que yo he hecho centenares de veces por personas queridas, pensé luego. Me pregunto si percibí alguna vez ese sentimiento en ellos y si yo pude transmitirle a él, ayer, esa gratitud.

Las palabras curan, las palabras iluminan el trayecto. Me pregunto si alguien, en algún lugar de la blogosfera, y siguiendo este blog se habrá emocionado y habrá tomado alguna decisión, si habrá apostado por la ternura contra la regidiez, si habrá mirado a la persona que tiene al lado con otros ojos, si, en definitiva, habrá pensado que el mundo tiene un trazo bello incluso en la noche más oscura.

En cierto momento Alex me preguntó cómo me sentía más a gusto y a mí me vino la idea de que yo me sentía realizado tranmitiendo sentimientos, ayudando a los amigos, haciéndoles reír, mi vida tiene algo de eso, y este blog tiene la vocación de eso.

Sus palabras me ayudaron a comprender y supongo que, tarde o temprano, acabaré aceptando todo lo que me ha ido pasando estos últimos meses. Hoy, sin embargo, he vuelto a dormir poco y a dar demasiadas vueltas a demasiadas cosas. No importa, sé que es un proceso, un camino que me llevará a donde tenga que llevarme.

Luego, por la noche, monté una cena en la terraza de mi piso, éramos siete: mi padre, mi madre, mi tía Carmen, mi tía Manuela, mi sobrino Gerard, mi sobrina Meritxell y yo. Estuve soso, sigo tocado, se ha perdido la alegría, debió irse con las primeras lluvias de la primavera. A todo esto espero que no les afecte a ellos, aunque me temo que sí.

Por la tarde, mientras preparaba la mesa, las nubes tomaron formas raras (antes había caído una tormenta considerable), como la de la foto (unas nubes como un racimo de uvas) y estuve mirando durante mucho tiempo las nubes, me gusta tanto mirar al cielo...

Durante la tarde alguien me envió un vídeo precioso (no lo compartiré porque es muy personal) pero antes, paseando con Alex, creí escuchar una melodía durante un instante... y de madrugada la estuve intentando reconocer. Creo que era ésta:



Pocas canciones tienen alma propia, ésta es una de las que a mí siempre me ha infundido algo que no sé muy bien cómo definir.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Comentarios


Pido disculpas por no responder a los comentarios. Me siento muy cansado por dormir poco. Lo reemprenderé en breve, de veras que lo siento. Me hacen tanto bien...

otra noche más

Otra noche en el infierno. Me desperté a la 1:32 h y ya no pude volverme a dormir. Me levanté y leí, me desesperé, pensé y analicé el porqué de todo y decidií que al final uno repite siempre los mismos patrones huyendo siempre de lo mismo hacia el mismo abismo.

Y en la huída uno va dejando cadáveres en la cuneta. Yo he sido uno de tantos otros en esa huida. Sé que me quiso, y quizá hubiera una confianza brutal desde el principio, por eso quizá lo sienta como más traición si cabe, que me cambiara por eso otro (no lo voy a decir) que, sinceramente, yo no veo la ventaja.

Reflexionando me voy calmando. No sé, quizá sea que de tanto pensar ya lo he pensado todo.

martes, 10 de agosto de 2010

La razón y el alma.


Hoy ha sido un día extraño; de subidas y bajadas, de recuperaciones lentas, de asumir lo que ya daba por sentado, de hacer tripas corazón y viceversa. Hoy ha sido un día corto, tiré cosas viejas, sueños rotos, dejé atrás la senda que ya nunca volveré a pisar. Ha sido uno de esos días en los que deseas que cambie todo o no cambie nada, he salido al sol, he caminado con el torso desnudo por el monte y he sentido el tremendo peso de la camiseta, luego, cuando me la he vuelto a poner.

Ha sido un día de preguntas sin respuestas, un día deshecho como un helado fuera del congelador, he pasado por él como de puntillas dejando unas huellas diminutas, dejando que el azar mueva los hilos, y me he sentado a mirar cómo pasa este mes de agosto, que es mucho menos mes que cualquier otro, por lo menos en mi barrio. He recordado, maldita sea no debí hacerlo, el mes de agosto pasado y lo solo y lo mal que me siento en éste. Y he pensado cuántas pastillas de myolastán bastarán para poder dormir esta noche. He decidido que cuatro.

He decidido que cuatro. Hay veinte. Algo así es mi vida, sólo puedo hacer cuatro cosas a la vez cuando necesitaría hacer veinte. Mi vida ha sido un error tras otro, no por ignorancia sino por confiar demasiado ¿en qué? ¿qué importa? He confiado en cualquier cosa menos en mi instinto.

Se me cierran los ojos, myolastán hace su efecto con rapidez, me pregunto si el bicho no se levantará a media noche y haciéndose el sonámbulo no se tomará las diciséis restantes para que de verdad descanse, no sabría que decirle para convercerle de que no lo hiciera. He adelgazado ocho kilos en dos meses, los primeros por dieta y deporte, los segundos de pena y de rabia, así no puedes seguir, dice una voz dentro de mi cuarto, cuando la voz habla yo me hielo de frío, es la voz de la cordura, una cordura que ya no va conmigo, una cordura que dicta que ya no la quiera, que me arugumenta que las cosas son así, la misma que me hace la pregunta de si no será que soy yo el que no sirve, que debería empezar a aceptar que de ser un androide me retirarían del mercado por un defecto general masivo.

A veces me gustaría ser un replicante, haber visto naves en llamas más allá de Orión, brillar rayos C más allá de la puerta de Tanhauser. Sí, días como éste se perderán en el tiempo como las lágrimas en la lluvia, sólo este post atestiguará que yo pasé por él, queriendo no pasar por él, dejando transcurrir las horas y los minutos hacia un río mayor repleto de peces come-recuerdos.

Sin embargo hoy ha sido un día crucial en mi vida y no lo he dicho, hoy ha sido un día en el que, probablemente, haya llegado a un pacto conmigo mismo, un pacto de mínimos, es cierto, algo que en letra pequeña y en alguna esquina inferior dice que que voy a salir adelante, que voy a salir de ésta.


lunes, 9 de agosto de 2010

La pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana


Toda la noche temblando, insomne, llorando despierto y a llantos dormido. Hoy lo entiendo todo menos aún si cabe. Dicen que en una entrevista al maestro Benedetti le preguntaron si no le había hecho mucho daño esa sensibilidad que él tenía. Benedetti, tranquilo como él solía ser, respondió algo así como "no me arrepiento de haber sido un hombre sensible, de haber llorado por las cosas que verdaderamente importan".

Y esta mañana, después de la noche que he pasado, después de mirarme al espejo y preguntarme si todo lo que he hecho ha sido porque realmente lo sentía, si he estado al lado de las persona a las que he querido, si me ha emocionado y he tratado de consolarles, si he corrido a su lado cuando me han reclamado, si hemos hecho planes, si he dejado de ganar dinero para estar junto ellos, si me han abandonado después de todo eso como si eso no tuviera importancia, como si eso lo hiciera yo con todo el mundo, después de hacerme esa pregunta me he respondido que lo volvería a hacer e incluso que tal vez iría más lejos.

No puedo negar lo que soy ni cómo soy, no puedo dejar de querer tan fácilmente, no puedo entender los porqués de las indiferencias. Hago muchos esfuerzos diarios para seguir creyendo en el hombre. Cada día me cuesta más, lo reconozco, porque cada día me doy más cuenta de que creer en las personas es como echar agua del mar en una gujero hecho en la arena de la playa.

No sé, estoy muy abatido, es la primera vez en mi vida que preferiría estar muerto a estar vivo. Y no sé qué hacer.

domingo, 8 de agosto de 2010

Esta mañana, este silencio


Empezaron las vacaciones y me invadió de nuevo el insomnio, se pegó a mí toda la noche abrasándome de frío, la piel imantada atrayendo recuerdos, dejándome el cuerpo atestado de fechas y lugares, como las neveras de la gente que tiene un familiar que viaja mucho.

Más o menos a las cuatro conseguí dormirme, agotado de pensar en tí, en el porqué de ese silencio, en si, durante la última llamada, dije algo lo suficientemente terrible como para desencadenar, esta vez sí, el paréntesis definitivo sin el cierre, que llegaras a la concluisión y a la certeza de que es mejor dejar las cosas como estaban y en que estos últimos meses constituían la cartografía de un error fácilmente desechable.

Luego soñé. No soñé contigo, el duende que guarda la caja de los sueños es una amigo leal, sabe que puedes hacerme demasiado daño cuando no puedo razonar contra lo que siento, sabe que no debo hacerme ilusiones, que si aunque fuera en sueños aparecieras y me dijeras volvamos a estar juntos se desencadenaría en mí una alegría furiosa y mi alma se me escaparía del cuerpo y te iría a buscar a donde fuera. No, definitivamente, me tranquiliza no soñar contigo, pensar en ti todo el día ya me agota los suficiente.

Esta mañana desperté temprano, apenas habré dormido tres horas, tengo ojeras hasta en las palmas de las manos, tampoco he desayunado, demasiada insoportable pesadez del alma al caminar por la casa. Hoy hará calor, hoy bajaré calle abajo y quizá acabe durmiendo una siesta espectral y ponzoñosa, en donde no te colarás para decirme que todo fue un error, que en realidad, querías estar conmigo pero no sabes qué te pasó. Un error sin importancia, como una equivocación en un cruce y tras la que das la vuelta y regresas a ese mismo cruce y eliges, esta vez sí, la dirección correcta. Me temo que lucharé por no quedarme dormido, que sólo esa posiblidad, aunque sea en sueños me parece tan cruel como ese silencio de años y ahora, de semanas.

Y luego, tal vez, escriba esa entrada en la que empiezo una nueva vida, en la que, por fin, encuentro el camino y en la que se me da tan bien vivir sin ti a mi lado. Y puede que por un momento piense en otra mujer, en sus curvas y sus vaivenes, en mis manos sobre su piel erizándosele a su contacto, y tal vez, sólo tal vez, encuentre un sentido a eso de seguir adelante, un sentido que no tenga nada que ver con quererte, un sentido que destruya, de una vez por todas, esta ausencia, un sentido que llene el hueco que ha dejado tu voz, a la que tanto me acostumbré.

sábado, 7 de agosto de 2010

Nunca quise ser mercenario



Y me siguen faltando las palabras, como si de una vez por todas hubieran sellado el pozo de donde brotaban, como si se hubieran derrumbado las paredes, como si en algún lugar mucho más arriba, alguien hubiera decidido dejarme en el silencio, no como una condena sino como una lección de la que aprender.

A pesar de ello duermo mejor, descubrir que no estoy solo en el mundo, que otros piensan y desean lo mismo que yo me tranquiliza, me provee de una fuerza serena, me trae el recuerdo del porqué quise esta vida en lugar de otra, si somos almas y decidimos encarnarnos para cumplir una misión o aprender algo que nos es imprescindible, yo elegi ser quien soy para llegar a este punto de partida con los conocimientos y las necesidades y anhelos que tengo.

Siento una profunda gratitud por todo, hoy he pensado que todo aquello que he considerado malo para mí se ha convertido en una oportunidad para cambiar mi destino y con él, espero, que el de mucha gente. Siempre he hablado de las personas en quienes tenía confianza y se fueron, y hoy pienso que, de no ser así, hoy seguiría metido en una espiral que no me dejaría ver más allá, que seguiría confundido, que seguiría trabajando en algo que no me correspondía. Estos últimos meses han supuesto una nueva lección para mí. De lo ocurrido estos meses atrás he tomado dos decisiones fundamentales:

1. Quiero trabajar en algo que tenga corazón, que me llene, que sepa que estoy haciendo un bien a mucha gente. No, no puedo, no me sale, nutrir a la gran maquinaria, no puedo servir a un sistema que haga más ricos a quien menos lo necesita a costa de los que más lo necesitan. Y mucho menos a través de algo tan fundamental como el agua.

2. Puede que nadie (o muy pocas personas) crean en mí. Puede que no cumpla sus expectativas y que piensen que sólo soy un iluso más. A ellos les diría que el mundo avanza gracias a los ilusos, a los que no ven el límite, aquello de "los que dicen que eso no se puede hacer deberían dejar de molestar a los que lo están logrando". He aprendido a creer en mí a pesar de todo, y uno sólo cree en sí mismo cuando supera, una a una todas las dificultades. De ello he aprendido que el dinero no es lo importante, lo importante es ser lo suficientemente fuerte (y perseverante) para mantenerse firme en lo que uno cree. La otra decisión es trabajar en ello aunque no vea los resultados a corto o medio plazo.

Estas dos decisiones son recientes, antes estaba confundido porque me han pasado muchas cosas. De todo ello he aprendido que si actúas honestamente sólo te queda la satisfacción de hacer lo correcto, el resto se va, uno se puede quedar solo, no lo reprocho, todo el mundo tiene sus propias motivaciones y actúa en consecuencia.

No sé qué pasará a partir de ahora, no sé que ocurrirá ni qué me deparará el futuro. Creo que mi situación actual propicia que siga solo durante mucho tiempo. Podría tomármelo como un drama o tomármelo como una gran oportunidad. Apuesto por lo segundo. Como ya dije antes saber que existen más personas con un interés similar me ha ayudado a reafirmarme, el mundo puede salvarse, tenemos una oportunidad única de hacer las cosas bien, de colaborar en lugar de saquear, de dar en lugar de quitar. Tan simple es como si tratamos a los demás como a nuestros hermanos pequeños ellos nos tratarán como a sus hermanos mayores, si por el contrario los tratamos como la oportunidad para enriquecernos, no podemos esperar que dentro de unos años nos agradezcan nada.

No tengo pareja, no tengo hijos a los que querer, por tanto tengo miles de hijos a los que ayudar.

No tengo patria si mi patria está en manos de saqueadores y piratas, pronto no tendré casa, no tengo raíces profundas, por tanto tengo el mundo entero y mis conocimientos y mi talento. Tengo amigos. Nada más me hace falta.

Y si me pierdo en el intento, sé que habrá muchos más como yo, y entonces, nada de esto habrá sido en vano.

martes, 3 de agosto de 2010

Catálogo de sueños rotos


La quería. Estoy convencido de que cuando alguien te quiere lo sabes, lo sabes en todo momento, no puedes no saberlo, cuando alguien te quiere te sientes a salvo. Querer es querer que el otro siempre esté a salvo.

Cuando dejas a alguien que sabes que te quiere debe de romperse algo muy grande dentro de tí para poder hacerlo. Cuando dejas a alguien que te quiere por una aventura nueva que es una emoción, una admiración, un qué se yo, duele menos, porque las heridas ajenas no duelen, sólo dan pena.

Supongo que con el tiempo uno va dejando atrás todos los recuerdos y todos los pudo haber sido, uno se va como envasando al vacío, tratando de no pudrirse al contacto con la vida que, inevitablemente, le queda. Y digo que es inevitable, a veces uno debería morir con el olvido, a veces uno sólo puede dejar de pensar si se muere.

Nunca entendí (ni desde niño) que me dejaran de querer si hasta cierto punto me querían. Nunca entendí qué de malo había en mí para que me dijera que ya no me querían. No hay nada peor en el mundo. Si existe el infierno es una calle vacía de repente.

Estos últimos meses he pensado mucho, me he hecho cientos de miles de preguntas, todas sin respuesta, todas esperando que a que regresara para carecer de sentido. Por mucho que lo intento no puedo dejar de quererla, por mucho que lo intento no puedo odiarla. Llevo mal lo de pasar de favorito a comparsa, llevo mal que me sustituyan en una cama cuando todavía entro en la habitación, que me quiten las llaves para dárselas a otro, llevo mal imaginar que espera impaciente su llamada y siente alivio ante la ausencia de la mía.

Como dije antes el infierno es una calle vacía, la mano extendida a sabiendas que no te la cojerá. Al final todo se reduce a que quien te quiere siempre tendrá un motivo para estar contigo, quien no te quiere siempre encontrará una excusa.

No puedo desearle lo peor, no puedo desearle lo mejor. Sólo deseo que su felicidad sea tan falsa que no le llene nada, que por lo que me ha cambiado no le compense lo que tenía ni lo que íbamos a hacer juntos. Quizá la odie un poco por eso, por todos los sueños que me ha roto sin motivo, sueños que yo no pedí, que no estaban cuando la conocí. Sí, puede que a estas alturas quizá la odie un poquito.

Quizá la odie porque la seguiré queriendo toda mi vida.


domingo, 1 de agosto de 2010

Ahora hace casi un año

Esto lo escribí ahora hace casi un año. He releído todas las entradas de agosto del año pasado. Han pasado demasiadas cosas desde entonces dejando una enorme cicatriz como el mordisco de un tiburón blanco.

"Como caer lenta y pausadamente


A veces olvido que soy una hoja que cae de un árbol, una hoja que acaba en el suelo, algo que cruje y se disuelve con la ayuda del tiempo y la brigada municipal de limpieza. A veces olvido que la vida es una caída lenta y sin aliento, una caída desde donde se ve tu casa hasta donde no se ve más que la superficie rugosa y en relieve de las aceras. Sí, soy eso. Existo mientras me separo de la rama, mientras observo como mi cuerpo se acelera, y cómo el aire me sujeta, me vence, me traslada de un sitio a otro convirtiéndome en un aprendiz de pirueta. He de reconocer que me gusta ser sólo eso y que aprendo rápido.

A veces duermo a tu lado. Te duermo con una infinita ternura, y vivo en ese pequeño margen de tiempo entre que aspiras y expiras tu aliento. En ocasiones me acerco a tu boca y me quedo ahí, para que algunos electrones que se me desprenden formen a ser parte de ti, y para que otros tuyos se confundan y se aferren a la órbita de mi cuerpo. Es una suerte que seamos un todo hechos de partes tan pequeñas, de otra forma tú serías siempre tú y yo seguiría siendo yo y eso... eso no es lo acordado, no, hay un contrato que cumplir, un contrato que impone la condición irremediable de que ambos seamos imprescindibles el uno para el otro.

Cuando no estoy a tu lado te sueño. Casi nunca sales pero siempre estás presente. Da igual si me persiguen miles de abejas y yo corro y corro, tú estás allí sin estar, tú eres hacia donde corro, tú eres donde estaré a salvo. Da igual si recorre mi boca la boca de alguien que no eres tú, porque sí eres tú a quien beso en esos otros labios, es tu lengua la que me lleva a tus pechos de la mano. Soñar es soñarte. Ya sabes, soñar es tejer la tela de araña y ser araña al mismo tiempo.

Esta mañana cuando dentro de una cafetería esperaba a que volvieras (no estoy seguro de que fuera un sueño o no) empecé a llorar sin motivo, era una lluvia fina, una de esas que no calan. Hasta ahora sabía qué era llorar de tristeza y sabía qué era llorar de alegría. Por eso esta mañana me ha sorprendido una emoción nueva, algo extraña, una especie de llanto por rebosamiento, como si mi cuerpo no pudiera contener tantas emociones al mismo tiempo y estas se desbordaran, como si el miedo y la felicidad, y el dolor y la esperanza, se hubieran mezclado en un cóctel áspero y dulce que al echarlo de la botella a la copa hubiera creado una espuma excesiva y violenta. ¿Será por eso que al llegar tenía los ojos entrecerrados? Después de llorar sentí una paz infinita, algo así como si algo hubiese salido de mi cuerpo definitivamente. Miré dentro de mí (tú seguías ahí y eso me tranquilizó todavía más). Luego me encogí de hombros, pasó una niña con unos ojos enormes y todavía dormidos de cuya manita tiraba su madre mientras ella se dejaba arrastrar sin parar demirarme fijamente, incluso cuando me hubo superado y me miraba con la cabeza vuelta, de espaldas al sentido de sus pasos... Le saqué la lengua y ella no cambió su expresión, no sonrió, me miraba como esas cosas que aún no se entienden y no se sabe si darles la importancia o pasar a otra cosa.

Llegaste tú y me preguntaste qué había estado haciendo y no supe qué decirte, me contaste que te había ido bien y yo me alegré mucho (pero no lloré de alegría). Subimos al coche, te llevé a tu trabajo, me pusieron una multa... no dejé de pensar en tí ni un sólo instante.

Me alegra saber que no me lees, que estas palabras son desconocidas para ti, que crees que soy el hombre hablador y cariñoso que dices que soy. "Hablas casi más que yo" dijiste sorprendida al cabo de unos días. A veces me gustaría decirte que soy un escritor frustrado, un proyecto de novelista a medio hornear, que busco inspiración y método en todas partes, que me aferro a tu cuerpo como a una tabla que flota en el mar después de un naufragio. Y entonces me cuentas cosas. Y a veces me dices que tienes miedo. Y a veces pienso que si dejo de abrazarte saldrías corriendo. Y no quiero que salgas corriendo, te quiero pegado a mí, adherido como una de esas calcomanías que salen en las bolsas de patatas, como esas subespecies de pingüinos que se turnan para incubar su único huevo.

Se me cierran los ojos, esta tarde he ido en bicicleta con Meritxell y Gerard. Me gustaría creer que soy un ejemplo para ellos. No sé. Creo que debería por empezar a ser un ejemplo para mí mismo. Me cuesta acabar de escribir, no sé cómo acabar, no sé qué decir. Hay algo que ocupa el vacío desde donde solían terminar mis entradas, algo que tarde o temprano rebosará, dejando pegajoso el cuerpo que habito. No sé, supongo que hoy tengo demasiado sueño como para determinar causas y elaborar diagnósticos."

Supongo que la chica del brillo en los ojos y seda no seguirá entrando en este blog pero si lo hace necesitaría hacerle una pregunta.